Desequilibrio vestibularEn Fort Bend
El sistema vestibular está formado por las partes del oído interno y del cerebro que procesan la información sensorial que controla el equilibrio y los movimientos oculares. Los trastornos vestibulares surgen como resultado de daños a este sistema.
Casi 70 millones de personas han experimentado disfunción vestibular en algún momento de sus vidas. La mayoría de los trastornos vestibulares en adultos a menudo no se diagnostican ni se tratan, lo que resulta en una disminución de la calidad de vida y la incapacidad de realizar las actividades normales del día a día.
Los síntomas
Los síntomas de los trastornos vestibulares pueden disminuir en gran medida la calidad de vida e impactar todos los aspectos de la vida diaria. Los pacientes que padecen trastornos vestibulares suelen experimentar:
- Aturdimiento o mareos
- Vértigo, la sensación de dar vueltas.
- Control postural deteriorado
- Náuseas
- Vómitos
- Enfoque reducido
- Fatiga
En segundo lugar, el desequilibrio vestibular también puede contribuir a problemas emocionales como la ansiedad y la depresión. A menudo, las personas que padecen trastornos vestibulares también adoptan un estilo de vida sedentario para evitar los síntomas primarios, como mareos y desequilibrio. Como resultado, puede producirse una disminución de la fuerza y la flexibilidad de los músculos, un aumento de la rigidez de las articulaciones y una reducción de la resistencia.
Las causas
Los trastornos vestibulares también pueden deberse a condiciones genéticas o ambientales o verse empeorados por ellas, o pueden ocurrir por razones desconocidas. Las causas más comunes incluyen infecciones o trastornos del oído interno, migrañas, tumores, accidentes cerebrovasculares o lesiones en la cabeza.
Los trastornos vestibulares diagnosticados con más frecuencia incluyen vértigo posicional paroxístico benigno (VPPB), laberintitis y neuritis vestibular, enfermedad de Ménière, hidropesía endolinfática secundaria y fístula perilinfática. Las complicaciones de los trastornos autoinmunes y las alergias también pueden causar un desequilibrio vestibular.